28 marzo 2007

Las Tacas 4

Este buceo es un asunto aparte para mi. No porque fue el consecutivo de la inmersión en “Más Afuera” -y honestamente recuerdo muy poco de su recorrido- sino porque al fin se me daría la oportunidad de grabar un acontecimiento muy esperado. Esta vez acompañaría al Pirigüín V. en su reencuentro con las profundidades. Además sería la ocasión para responder a su habitual desconfianza cuando me contestó mordaz “¿y que hay en las Tacas?” el dia que le comentamos ir a excursionar para allá. Con tres muy buenos buceos en el cuerpo, estaba en condiciones de asegurarle que éste no sería menos de lo que le conté.
El buceo se programó en el mismo lugar en el cual mi estimada pirigüina tuvo que deshacer el primero de sus descensos: La Catedral. Ahora sin embargo visitaríamos el sitio alrededor de su torre a unos constantes 15 mt. de profundidad, para evitar molestar oídos sensibles. No puedo explicar con palabras la cara de felicidad que observé durante los veinte minutos que duró el viaje submarino. Era una sonrisa permanente en los ojos de quien disfruta cada segundo de inhalación bajo el agua. Era la dicha profunda de ver, sentir y flotar entre tanta agua, reflejado en una humanidad pequeña que recorría calmada y curiosamente cada rincón. Era creo, el anhelo profundo que se cumple después de meses de espera. Si ella estaba feliz yo lo estaba también de poder presenciar ese momento. Pero dicen que la felicidad tiene su precio y esta vez al subir al bote supe cuanto puede llegar a costar: una cámara fotográfica Sony Cybershot DSC-P73 dentro caja estanca...Así como no puedo explicar la cara de mi pirigüina amiga, no puedo tampoco explicar lo que sentí al haber perdido el juguete con el cual me he sumergido en varias ocasiones solo para lograr captar algo de lo que se vive allá abajo. No solo era dinero el que estaba perdido en algún lugar del océano, estaban extraviados también cientos de pixeles destinados a perecer y no brillar nunca en estas pantallas. Sólo una cosa me consolaba en mi fuero interno: había sido una cámara y no ninguno de mis compañeros ni yo, quienes habíamos corrido esa suerte. Termino de pensar esto y el cielo me premia cual cuento de niños con un hábil sireno saliendo desde el fondo del mar y poniendo en mis manos a mi juguete sano y salvo de las aguas. Final feliz. Del todo feliz. Si no mire la cara de la Pirigüín V en la foto.(ya viene el video clip...paciencia)
Datos técnicos Buceo en La Catedral / Las Tacas/04.03.07
Profundidad máxima:15m./ Tiempo de fondo: 26’/ Tº: 13ºC

1 comentario:

Anónimo dijo...

solo para romanticos...
una vez pequenopez me dijo que la felicidad hay que buscarla en forma "micro", asi que acepte la invitacion y me dispuse a bucear lo que mi aporreado cuerpo y alma me permitio... 20 min de coneccion, de reencuentro, de energia donde los peces, las rocas,la inmensidad del oceano, pequenopez y yo eramos lo mismo....