26 mayo 2006

Disco de oro


Ya quisieran algunos divos y divas de la música este disco de oro, pero lo cierto es que uno de los pocos mamíferos acreedores de este “galardón” son las ballenas yubartas, quienes son conocidas como las más cantoras de los cetáceos. Su despliegue artístico lo realizan principalmente en las etapas de reproducción (era que no!) y que, con sus casi 30 minutos musicales, es el canto más largo y el más complejo del reino animal.
El disco de oro al cual me refiero no es cualquier disco tampoco. No se trata de un baladí éxito de ventas, se trata pues, de la grabación realizada por la NASA conocida como “Sonidos de la Tierra” y que viaja a través del espacio en un disco de cobre de 30 cm de diámetro recubierto en oro, a bordo de las sondas espaciales Voyager 1 y 2. La grabación contiene una variedad de sonidos de nuestro mundo (entre ellas las olas, el viento y el canto de las ballenas), junto con una selección musical de 95 minutos, saludos en 55 idiomas distintos y una hora de grabación de impulsos eléctricos de pensamientos, latidos del corazón entre otros.
Este disco, en todo caso, no ha sido el único intento de lanzar el canto de las ballenas al estrellato. En abril del 2005 el Instituto Sirius de Hawaii envió este sonido al espacio a través de grandes antenas.
No se extrañen entonces si escuchan el canto de las ballenas mientras miran un cielo estrellado...a final de cuentas "¿Que hay en una estrella? Nosotros mismos. Todos los elementos de nuestro cuerpo y del planeta estuvieron en las entrañas de una estrella. Somos polvo de estrellas." (Ernesto Cardenal, "Cántico Cósmico”) y si no los inspira eso, escuchen a Drexler y su pegajoso "Polvo de estrellas".