22 enero 2007

El primero del año

“El mar esta como le gusta la a la Vero” dijo el Flaco cuando nos vió llegar a la base de buceo de Austral Divers en Quintay. Y la verdad es que era cierto. Estaba absolutamente plano, a unos agradables 14ºC en superficie, con aproximadamente 10 a 12 m. de visibilidad y envuelto en un brillante día de sol. Así da gusto.
Buceamos un lugar llamado Bajo la Blanca, un nuevo destino cerca del mítico peñón del Fraile. Un lugar con un gran murallón que cae a unos 28 m. de profundidad y que a 5 metros de la superficie tomaforma de meseta.
El recorrido fue alrededor de esta formación, encontrándonos en el camino con una gran cantidad de peces que según Manatí estaban en su periodo de reproducción por la cuantía y por la actitud amorosa de muchas parejas de castañetas, que entre las piedras buscaban la intimidad necesaria para fecundar los huevos dejados por las hembras. Una gran observadora de la conducta acuática es Manatí, mientras Pequeñopez se dedicaba a buscar algún modelo marino que quisiera posar sublime para una foto. De mi experiencia fotográfica llegué a la conclusión que las castañetas son las que tienen el espíritu del modelaje más evolucionado, llegando incluso a pasearse frente a las esponjas amarillas para contrastar su oscura silueta. Mientras que las borrachilas definitivamente son la especie más escurridiza de los flashes. Los mejores modelos por su color y textura son los nudibranquios que siempre estan vestidos de fiesta y las estrellas de mar que con sus orgiásticas poses a uno lo convierten en un vil paparazzo. Es toda una hazaña tomar fotos bajo el agua. Si bien el equipo y basicamente la inexperiencia en estos oficios no me permiten un mejor desempeño, al menos se consigue una modesta y entretenida versión gráfica de los hechos.
La agradable temperatura de 12ºC, nos permitió un largo buceo multinivel de 43 minutos. Y como si esto fuera poco, la meseta a 5 metros de profundidad fue el lugar adecuado para realizar una placida parada de seguridad mientras era posible observar lo que dejábamos abajo. Como siempre un tesoro de apreciados minutos que dura semanas, meses y para algunos años. (No sé como lo hacen, pero yo no puedo estar lejos del mar tanto tiempo...)

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