Declaración

“Tienes un arsenal para tu blog” me dijeron por ahí cuando salí de mi cuarto buceo en Las Tacas. Tres días de buceo -casi casi como en los mejores tiempos- lejos de dejar satisfecha mi bitácora acrecentaron mi curiosidad por encontrame con nuevos escenarios submarinos. Por eso partimos junto a Manatí a explorar nuevamente Punta de Choros. Con tal suerte que llegamos justo cuando el mar se ennegreció por completo. Aun así grabé. Me dediqué a grabar bajo el agua tanto como la memoria de la cámara lo permitía (no mucho) pero los grabé todos. Los claros y los oscuros. Para mi son todos buenos. Algunos se ven mejor que otros pero ninguno refleja fielmente lo que se siente allá abajo y es que ahora, de espaldas al oceano, de regreso de unas muy disfrutadas vacaciones quiero decir algo: Me gusta este océano Pacífico tan caprichoso que siempre sorprende. Me gusta lo que hay debajo del límite al cielo, me gusta su fondo lleno de vericuetos, me gustan sus peces descoloridos, los copuchentos, los escurridizos, los distintos, me gustan todos sus bichos habitantes, eso que se esconden en las rocas, esos que se pegan unos sobre otros, esos blanduchentos y esos que se juntan en montoncitos. Me gustan las pinceladas de color con que se cubre el fondo, las paredes y los senderos de agua. Me gusta cuando el mar mece a los chascones de un lado para otro y cuando las lagrimas de aire suben y revientan para desaparecer. Me gusta todo allá abajo. Pero por sobre todo me gusta sentir por breves momentos que soy parte de un azul inmenso que me cubre por completo y hace que comprenda que soy solo un pequeñopez.
Paciencia que ya vienen los relatos, las fotos y la road movie.